Pasen juicio sobre esta epístola (Apócrifo) de Bernabé y verifiquen si es contraria a la escritura = Biblia; ya que está muy interesante
Capítulo XVII - XXI
EPÍSTOLA DE BERNABE
Recapitulación
XVII 1. En cuanto cabía en lo posible y sencillo manifestároslo, mi alma confía que por mi deseo nada he omitido de cuanto atañe a vuestra salvación. 2. En efecto, si os escribo acerca de lo presente o de lo por venir, me temo no me entendáis, por ser cosas envueltas en parábolas. Y de esto basta.
Los dos caminos
XVIII 1. Pues pasemos también a otro género de conocimiento y doctrina. Dos caminos hay de doctrina y de potestad, el camino de la luz y el camino de las tinieblas. Ahora bien, grande es la diferencia que hay entre los dos caminos. Porque sobre el uno están apostados los ángeles de Dios, portadores de luz; sobre el otro, los ángeles de Satanás. 2. Y el uno es Señor desde los siglos y hasta los siglos; el otro es el príncipe del presente siglo de la iniquidad.
Descripción del camino
XIX 1. Ahora bien, el camino de la luz es como sigue: Si alguno quiere andar su camino hacia el lugar determinado, apresúrese por medio de sus obras. Ahora bien, el conocimiento que nos ha sido dado para caminar en él es el siguiente: 2. Amarás a Aquel que te creó, temerás al que te formó, glorificarás al que te redimió de la muerte. Serás sencillo de corazón y rico de espíritu. No te juntarás con los que andan por el camino de la muerte, aborrecerás todo lo que no es agradable a Dios, odiarás toda hipocresía, no abandonarás los mandamientos del Señor.
3. No te exaltarás a ti mismo, sino que serás humilde en todo. No te arrogarás a ti mismo la gloria. No tomarás mal consejo contra tu prójimo. No consentirás a tu alma la temeridad.
4. No fornicarás, no cometerás adulterio, no corromperas a los jóvenes. Cuando hables la Palabra de Dios, que no salga de tu boca cón la impureza de algunos. No mirarás la persona para reprender a cualquiera de su pecado. Serás manso, serás tranquilo, serás temeroso de las palabras que has oído. No le guardarás rencor a tu hermano.
5. No vacilarás sobre si será o no será. No tomes en vano el nombre de Dios. Amarás a tu prójimo más que a tu propia vida. No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida. No levantes tu mano de tu hijo o de tu hija, sino que, desde su juventud, les enseñarás el temor del Señor.
6. No serás codicioso de los bienes de tu prójimo, no serás avaro. Tampoco te juntarás de buena gana con los altivos, sino que tu trato será con los humildes y justos. Los acontecimientos que te sucedieren los aceptarás como bienes, sabiendo que sin la disposición de Dios nada sucede.
7. No serás doble ni de intención ni de lengua. Te someterás a tus amos, como a imagen de Dios, con reverencia y temor. No mandes con acritud a tu esclavo o a tu esclava, que esperan en el mismo Dios que tú, no sea que dejen de temer al que es Dios de unos y otros; porque no vino Él a llamar conforme a la persona, sino aquellos para quienes preparó su espíritu.
8. Comunicarás en todas las cosas con tu prójimo, y no dirás que las cosas son tuyas propias, pues si en lo imperecedero sois partícipes en común, ¡cuánto más en lo perecedero! No serás precipitado en el hablar, pues red de muerte es la boca. En cuanto puedas, guardarás la castidad de tu alma.
9. No seas de los que extienden la mano para recibir y la encogen para dar. Amarás como a la niña de tus ojos a todo el que te habla del Señor.
10. Te acordarás, de noche y día, del día del juicio, y buscarás cada día las personas de los santos. Ya en el ministerio de la palabra, y caminando para consolar y meditando para salvar un alma por la palabra, ya ocupado en oficio manual, trabajarás para rescate de tus pecados.
11. No vacilarás en dar, ni cuando des murmurarás, sino que conocerás quien es el buen pagador de tu galardón. Guardarás lo que recibiste, sin añadir ni quitar cosa. Aborrecerás hasta el cabo al malvado. Juzgarás con justicia.
12. No formarás bandos, sino que guardarás la paz, tratando (le reconciliar a los que luchan. Confesarás tus pecados. No te acercarás a la oración con conciencia mala.
Este es el camino de la luz.
El camino del "Negro"
XX 1. Mas el camino del "Negro" es torcido y lleno de maldición, pues es camino de muerte eterna con castigo, en que están las cosas que pierden el alma de quienes lo siguen: idolatría, temeridad, altivez de poder, hipocresía, doblez de corazón, adulterio, asesinato, robo, soberbia, transgresión, engaño, maldad, arrogancia, hechicería, magia, avaricia, falta de temor de Dios.
2. Perseguidores de los buenos, aborrecedores de la verdad, amadores de la mentira, desconocedores de la recompensa de la justicia, que no sc adhieren al bien ni al juicio justo, que no atienden a la viuda y al huérfano, que valen no para el temor de Dios, si no para el mal, de quienes está lejos y remota la mansedumbre y la paciencia, que aman la vanidad, que persiguen la recompensa, que no se compadecen del menesteroso, que no sufren con el atribulado, prontos a la maledicencia, desconocedores de Aquel que los creó, matadores de sus hijos por el aborto, destructores de la obra de Dios, que echan de sí al necesitado, que sobreatribulan al atribulado, abogados de los ricos, jueces inicuos de los pobres, pecadores en todo.
Exhotación final: proximidad del fin de las cosas
XXI 1. Bueno es, por ende, que, aprendido que hayamos cuantas justificaciones del Señor quedan escritas, caminemos en ellas. Porque quien éstas cumpliere será giorificado en el reino de Dios; mas quien escogiere lo otro, perecerá con sus obras. De ahí la resurrección, de ahí la recompensa. 2. Si tomáis de mí algún consejo de buena sentencia, yo suplico a los preeminentes: Tened entre vosotros a quienes hagáis el bien. No lo omitáis. 3. Cerca está el día en que todo perecerá juntamente con el maligno. Cerca está el Señor y su galardón.
4. Una y otra vez os lo ruego: Sed buenos legisladores de vosotros mismos, sed unos de otros consejeros fieles, arrancad de entre vosotros toda hipocresía. 5. Y Dios, que señorea todo el universo, os conceda sabiduría, inteligencia, ciencia, conocimiento de sus justificaciones y paciencia.
6. Haceos discípulos de Dios, inquiriendo qué busca el Señor de vosotros, y obrad de manera que seáis hallados en el día del juicio. 7. Y si hay algún recuerdo del bien, mientras todo esto meditáis, acordaos de mí, a fin de que también mi deseo y vigilia termine en algún bien. Os lo ruego, pidiéndoos gracia.
8. Mientras está todavía en vosotros el hermoso vaso, no desfallezcáis para ninguno de entre vosotros, sino inquirid continuamente estas cosas y cumplid todo mandamiento. Porque dignos son de cumplirse.
9. Por eso principalmente me apresuré a escribiros sobre lo que yo alcanzaba, a fin de alegraros.
Salud, hijos de amor y paz.
El Señor de la gloria y de toda gracia sea con vuestros espíritus. Amén.
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