Pasen juicio sobre esta epístola (apócrifa) de Bernabé y verifiquen si es contraria a la escritura = Biblia; ya que está muy interesante
Capítulo XIII - XIV
EPÍSTOLA DE BERNABE
El pueblo cristiano, menor y segundogénito, heredero del Testamento
XIII 1. Mas veamos si es este pueblo o es el primero el que hereda, o si el Testamento nos pertenece a nosotros o a ellos. 2. Escuchad, pues, lo que sobre el pueblo cuenta la Escritura: Rogaba Isaac por Rebeca, su mujer, pues era estéril, y concibió. Luego: Salió Rebeca a consultar al Señor, y díjole el Señor: Dos naciones hay en tu vientre y dos pueblos en tu seno, y un pueblo sobre pujará a otro pueblo y el mayor servirá al menor. 3. Debéis pcrcataros de quién es Isaac y quién Rebeca y por quiénes da a entender la Escritura que este pueblo es mayor que aquél.
4. Y más claramente todavía habla Jacob en otra profecía a José, diciéndole: He aquí que no me defraudó el Señor de tu vista; tráeme acá tus hijos para bendecirlos. 5. Y llevó José a Efraín y Manasés, queriendo que fuera bendecido Manasés, pues era el mayor; y, en efecto, José le puso a la derecha de su padre Jacob. Mas Jacob vió en espíritu la figura dcl pueblo por venir. ¿Y qué dice la Escritura? Y mudó Jacob de sitio sus manos y puso su derecha sobre la cabeza de Efraín, el segundo y más joven, y le bendijo, y dijo José a Jacob: Cambia tu diestra sobre la cabeza de Manasés, pues es mi primogénito. Y respondió Jacob a José: Lo sé, hijo, lo sé; mas el mayor servirá al menor. Sin embargo, también estotro será bendecido. 6. Mirad por quién puso que este pueblo es el primero y el heredero de la Alianza. 7. Ahora bien, si, sobre lo dicho, también nos lo recordó por medio de Abraham, no tenemos ya más que pedir en orden al acabamiento y perfección de nuestro conocimiento. ¿Qué le dice, pues, el Señor a Abraham cuando, habiendo sido el único en creer, le fué contado a justicia? Mira que te he puesto a ti, Abraham, por padre de las naciones que han de creer en Dios por prepucio.
La nueva alianza por la redención de Jesús
XIV 1. Muy bien! Mas inquiramos si les dió la Alianza que juró a sus padres daria al pueblo. Diósela, ciertamente; mas ellos, por sus pecados, no se hicieron dignos de recibirla. 2. Dice, efectivamente, el profeta: Y estuvo Moisés ayunando en el monte Sinaí durante cuarenta días y cuarenta noches para recibir la Alianza del Señor. Y recibió Moisés de parte del Señor las dos tablas escritas por el dedo de la mano del Señor en espíritu. Y tomándolas Moisés, estaba para bajárselas al pueblo. 3. Y dijo el Señor a Moisés: Moisés, Moisés, baja a toda prisa, pues ha prevaricado tu pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto. Y entendió Moisés que se habia otra vez fabricado imágenes de fundición y arrojó de sus manos las tablas, y se hicieron pedazos las tablas del Testamento del Señor.
4. Moisés, pues, recibió la Alianza; mas ellos no se hicieron dignos. Ahora bien ¿cómo la recibimos nosotros? Aprendedlo: Moisés la recibió como siervo que era; mas a nosotros nos la dió el Señor en persona para hacernos, habiendo sufrido por nosotros, pueblo de su herencia. 5. Manifestóse, por una parte, para que aquellos llegasen al colmo de sus pecados, y nosotros, por otra, recibiéramos la Alianza por medio del Señor Jesús, que la hereda; de Jesús, digo, que fué aparejado para que, apareciendo Él en persona y redimido que hubiera de las tinieblas nuestros corazones, consumidos que estaban por la muerte y entregados al extravío de la iniquidad, estableciera una Alianza entre nosotros por su palabra.
6. En efecto, escrito está cómo el Padre le pone mandamiento de que, redimido que nos hubiere a nosotros de las tinieblas, se prepare para sí un pueblo santo. 7. Dice, pues, el profeta: Yo, el Señor Dios tuyo, te llamé en justicia y te tomaré de tu mano y te fortaleceré; y te di para Alianza de un linaje y por luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos y sacar de sus cadenas a los trabados y de la casa de la custodia a los que se sientan entre tinieblas. Conozcamos, pues, de dónde fuiiiios rescatados.
8. Otra vez dice el profeta: Mira que te he puesto por luz de las naciones, para que tú seas salvación hasta los confines de la tierra. Así dice el Señor, el Dios que te ha rescatado.
9. Y de nuevo dice el profeta: El Espíritu del Señor sobre mí, / por lo cual me ha ungido, / para llevar a los humildes la buena noticia de la gracia; / me ha enviado a sanar a los triturados fe corazón, / a pregonar a los cautivos la libertad / y a los ciegos la recuperación de la vista, / a proclamar el año del Señor aceptable, / el día fe la recompensa, / a consolar a todos los que están tristes.
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